dijous, 29 de juliol del 2010

Costa Gavras. Arcadia


En 2005 Costa Gavras realizó un film, Le couperet (Arcadia en España), que supone un fino análisis tanto del pensamiento político de la izquierda, como de su oponente liberal. Completa esta reflexión con un conocimiento profundo de la función de la mujer en el ámbito público y privado, o simultaneando ambos, sin perder de vista que mejor que hablar de la Mujer es representar el papel de cada uno de los modelos que aborda; alguna de ellas , ante la que se siente desempoderado, tiene en sus manos su propio destino, como la entrevistadora de Arcadia. Una de las cuestiones que le plantea es si considera que una mujer podría asumir el puesto con la misma competencia profesional que él. El regreso al hogar le reconforta, allí le espera la familia, muy importante como entorno del ego ideal del triunfador social.

Lo que más sorprende es que lo que no han sabido ver los economistas, hasta que no ha saltado por los aires su tinglado, lo analizara tan meticulosa y acertadamente un cineasta. El monstruo comenzó a dar señales de vida a finales de 2007, y se ha acusado a los distintos gobiernos de no haberla sabido prever, ¿o sí? ( la cuestión queda en el aire ); pero mucho antes se vendía la Arcadia feliz, por donde manarían ríos de leche y miel para los pobres; 'todos' oíamos hablar de deslocalizaciones, hijas de la globalización, que dejaban muertos por el camino, que eran mirados con desprecio por los aldeanos despreocupados. La máquina estaba en marcha y su recorrido se repetía incesantemente, siempre el mismo: fusión-reducción de plantilla-deslocalización-beneficio. La cosa iba en viento en popa, la bolsa subía, la gente se endeudaba para siete vidas (como el gato), pero también se sentía un acúfeno en el oído que no nos dejaba dormir en paz: rentabilidad, margen, beneficios...rentabilidad, margen, beneficios..., ¿sostenibilidad?... se repetían como el sonido de una locomotora. Algún mala sombra hablaba del problema de los residuos, pero nada más.

Pero hete aquí que algunos ejecutivos, hombres bien formados, se iban quedando sin empleo, pasaban a engrosar las filas de los parados de larga duración, sin posibilidades de reintegrarse en puestos asimilables a los que habían perdido, los husbings, y ahora debiendo soportar la competencia de mujeres jóvenes y bien preparadas. ¿Cómo reaccionan? de diferentes maneras: unos se hunden y aceptan trabajos de menor cualificación, otros se suicidan, mientras el protagonista Bruno Davert (José García ) aplica como un autómata las lecciones que ha aprendido del libre mercado: eliminar al adversario, tan bien formado como él o mejor. Es un ser completamente amoral, tomando el término en su sentido ético, aunque sus prácticas responden a la mos de los neocom, la Arcadia inalcanzable (así se llama la empresa).

Comete asesinatos en serie con tal cinismo y naturalidad, aunque le tiemblan las manos y sufre fuertes descargas en el hombro al disparar, que convierte sus acciones en algo tan cotidiano como comer o dormir. Lo único que le preocupa es que su mujer le engañe; ella más realista, acepta trabajos de menor cualificación (taquillera de un cine, ayudante de enfermería...). El hijo se desliza por el camino de la delincuencia, porque no puede vivir sin televisión de pago o internet. Al principio el piensa que el despido le abre nuevas oportunidades, es estimulante, pero el paro, a medida que pasa el tiempo es destructivo. Cuando los ejecutivos despedidos están en el infierno de Dante, pasan constantemente vehículos que son portadores de anuncios con mujeres espectaculares ( una de ellas Carla Bruni desnuda, mucho antes de que se casara con Sartkozy), cohes...; en las paredes carteles con objetos preciosos, como uno que muestra un a mano que sostiene como un reloj como si fuera un puñal... ¿deben renunciar a todo ello?

A pesar de todo lo dicho, ha jugado al juego de los ganadores y ha ganado. Después de matar a sus brillantes adversarios, consigue el puesto. En la secuencia final el hijo le pregunta si el fin justifica los medios; la hija matiza: la elección de los medios es una prerrogativa de los privilegiados. El padre está satisfecho con la respuesta y totalmente de acuerdo. Así son las cosas, y que nadie se llame a engaño, así lo veíamos todos, incluso bastante antes de que Costa-Gavras hiciera su película. Su ventaja reside en el conocimiento del medio en el que se desencuelve, a su izquierda y a su derecha, lo que le permite devolver los dardos envenenados que le echan.

Costa Gavras no ha querido hacer un thriller de un psicópata que mata a víctimas en serie, sino representar la actitud fría, egoísta, avara, de un hombre que piensa que lo único importante en la vida es conseguir dinero y poder, cueste lo que cueste, y deje las víctimas que deje en su camino. Alcanzado su objetivo, otros vienen detrás de él, sin ningún escrúpulo, pero con una notable diferencia: el próximo aspirante a sustituirle será mujer; Bruno lo sabe bien y en lugar de darle la espalda se acerca a tomar una copa con ella con el propósito de desactivarla. Muy interesante la secuencia en un bar, donde trabaja uno de los brillantes ingenieros, como camarero: nuestro protagonista, sentado delante de un espejo fragmentado, percibe varias imágenes especulares de sí mismo. La debieran ver los economistas, pues detrás de sus cifras hay hombres que oyen sus cálculos y a veces no saben medir las consecuencias de las teorías que formulan; también la deberían ver todos aquelos que piensan que el paro sólo afecta a los pobres diablos.


Propuestas didácticas:

La propia carátula es muy significativa, ya que la imagen del protagonista esta boca abajo, como la imagen de Felipe V en Játiva. ¿Qué crees que nos quiere decir con esta imagen? Atrévete a formular una tesis.

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