diumenge, 17 de gener del 2010

Un documento sobre la selva humana del director Werner Herzog


Ficha técnica: http://www.cine365.com/ficha-tecnica/teniente-corrupto/67876
Hervé Aubron y Emmanuel, en una entrevista realizada a Werner Herzog el 4 de octubre de 2008 en Valencia, ciudad a la que había llegado para la puesta en escena de "Parsifal", "Leo el corazón de los hombres", incluida en el libro "Werner Herzog, manuel de survie", dan algunas pistas sobre el nuevo filme del autor de "Teniente corrupto".
Herzog opta por rodar su película en super 35 mm. con cuatro perforaciones; utiliza el 1:1 85; el propio Herzog afirma que no le gusta el scope " (...) porque es una banda de imagen demasiado estirada. No me gusta ver el mundo con bandas horizontales, de manera anafórmica. Mi formato preferido es el 1:1 65 o el 1:1 85 en función de los filmes".
Esta rodada al estio "Nueva Orleans", una nueva forma de hacer cine negro. Tiene el subtítulo "Port of call, New Orleans" y , según sus propias palabras, no es un remake de la de Abel Ferrara al que dice no conocer. Aunque no hace comedias, en este caso presenta un thriller con tintes de humor, en la que Niolás Cage interpreta a un personaje "tan vil, odioso y retorcido que llega a ser gracioso".
También nos da alguna clave Carlos Losilla en el artículo "El hombre de los pies desnudos", publicado en Cahiers de Cinema de enero de 2010, utilizando como base la entrevista que Wnders realizó durante el Festival de Cannes en 1982 a diversos cineastas y que cuajo en el filme "Room 666". Éste perteneció, juanto a Herzog de lo que se llamó "Nuevo Cine Alemán" en la década de los setenta. "Cuando Herzog entra en el campo de visión de la cámara y lee la pregunta de Wenders, dice que para responder necesita estar descalzo". A menudo sus personajes tienen dificultades para caminar o lo hacen a duras penas o con el cuerpo deforme y contrahecho; nuestro teniente a la circunstancia personal de tener una desviación de columna que le obliga a tomar antiinflamatorios y otros medicamentos contra el dolor, une el consumo excesivo de todo tipo de drogas: cocaina, heroína, crac..., por lo que siempre está "colgado", tiene una apariencia torpe y tambaleante, moviéndose en el frágil equilibrio entre la conciencia y la inconsciencia. Su supervivencia la basa en el chantaje, la mentira y el cohecho. Recuerda este sueño recurrente que muchos tenemos entre querer andar y no poder movernos; el dilema entre andar y volar, entre tener los pies en el suelo y la cabeza en las nubes."(...) hay que cruzar fronteras o volar por encima de ellas, pero nunca quedarse con los zapatos y los calcetines puestos". Cada cual que interprete.
Es el roce entre la verdad y la mentira, entre andar descalzo y viajar más allá de todo. Uno de los últimos planos de "Teniente corrupto" muestra el alma de un muerto bailando frenéticamente a unos centímetros del suelo. "Quizá no haya mejor manera de describir la poética volátil de Herzog que ésta imagen onírica, inquietante". Herzog nos desafía y borra de un plumazo cualquier conflicto judeo-cristiano sobre "redención" y "culpa"; no tenemos asideros, ni nada que nos tranquilice; el teniente es efectivamente corrupto, pero todo está contaminado, en mayor o menor medida, a su alrededor. ¿Lo vemos, o no lo queremos ver ? En este mundo en el que entramos los jóvenes demócratas (me refiero al sistema) , superada la ilusión de un mundo mejor, debemos aprender a habitar manteniéndonos en el dificil equlibrio de sus personajes vacilantes.
Las mujeres están inmersas en la misma vorágine, ya sea como madres, abuelas o como amantes, desde la compañera-prostituta del teniente, guapa, atractiva y que obtiene buuenos resultados económicos del tráfico sexual, pero amenzada constantemente por las agresiones de sus amantes ocasionales, hasta las esposas y los niños de los traficantes, cuya vida vale menos que un gramo de crac. Todos se mueven en el suelo inestable de la barricada o la balsa a la deriva de Gericault, de espaldas y sin esperanza; lo importante es sobrevivir cada día.
Nueva Oreleans es la expresión espiritual y emocional de los personajes, como hiciera John Ford en la ambientación de sus historias. Gonzalez de Lucas ("Herzog en America", Cahiers de enero de 2010), afirma que el cineasta es uno de los pocos autores del mundo para los que America siempre ha sido un continente y el cine una forma de ver esa tierra violada o sus paisajes transparentes y puros; América es una tierra de conquistadores, visionarios, emigrantes, indígenas, explotados...donde siempre ha sentido su "otredad", unas veces fascinada ante el nuevo mundo, otras desorientada, pero dejando claro que puede contribuir a la violación de ese mundo o a su descubrimiento. Utiliza un género muy norteamericano para lograr una identificación del espectador y sus personajes.
Sus personajes suelen ser individuos alucinados (Aguirre, Fitzcarraldo...) o alienados (Gaspar Hauser, Stroszeck, Nosferatu...) que luchan con un entorno que debe ser superado a toda costa por medio de la distancia geográfica (viaje imposible) y mental ( la alienación).
Como documentalista hace mirar frecuentemente a sus personajes a la cámara, evidencia de que una lente les observa, la lente del documentalista, que muchas veces identifica con la mirada de animales, iguanas y tiburones en "Teniente corrupto", que pueden estar pensando que se pueden comer a ese pobre tipo interpretado por Nicolás Cage (Roberto Cueto, "A lo mejor se puede comer. Cahier de Cinema, enero de 2020).
La película está atrevesada por estas miradas de seres,cuyo cerebro "nada sabe de las cuitas del neocortex"; arranca con una serpiente que acecha a los bajos fondos de un New Orleans inundado por el Catrina, continua creciendo con la presencia de unas iguanas, que incluso producen un accidente grave de tráfico y acaba con Nicolás Cage y un emigrante que salvó de ser ahogado al comienzo del filme ante una piscina llena de tiburones. Cage se pregunta si estos peces sueñan (antes ya un miembro de la familia asesinada habia dejado un poema interrumpido, se supone por la llegada de los sicarios, dedicado a un pez que vive en un vaso y que la mira cuando duerme) . Es muy bella la imagen del teniente mirando de forma estúpida y alieanda, sonriendo, a una iguana que, a su vez, le mira fijamente en la comisaría.

He sentido, al ver la película, lo mismo que Wenders experimento en "Room 666": Herzog hilvana un discurso que nada tiene que ver con la sombría sensación funeraria que esperaba, basada en películas como Fitzcarraldo. El texto es luminoso y con toques de humor y nos invita a ciertas reflefiones. En un programa de radio de esta mañana de domingo, un contertulio ha hecho una aseveración que no ha tenido respuesta de ¿las iguanas? : "En Haití no hay sanidad ahora, pero no hay sanidad nunca". ¿Miramos hacia otra parte, o no ?

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